Plaza de San Antonio, en primavera Una tarde cualquiera, del mes de Abril De repente la magia de tu mirada Y de la nada te descubrí Tus ojos me miraban de una manera Que sin saber quien eras, me enamoré Tus ojos me decían que me querías Y tú seguías mirándome Esos ojitos latinos, divinos Me tienen embrujada Me están mirando, me van vigilando Me siguen donde voy Esos ojitos latinos, divinos Me ti..